martes, 3 de marzo de 2015

La motivación como herramienta en el aula

Lograr que los estudiantes asienten los conocimientos me parece uno de los grandes retos del profesorado actual.

Cada vez son más los estudiantes que tienen teléfono móvil (¡y gran uso el que hacen de él, como hijos de la Era de la Información en la que han nacido). Esto les posibilita buscar datos con gran rapidez haya donde estén.
Aquí se plantean varios problemas: veracidad de contenido, contrastación de información, identidad de las fuentes...

Obligar a los estudiantes a escribir a mano trabajos de 20-30 folios, como he visto en alguna ocasión, con el pretexto de "ya que copian, que se les quede algo", me parece un excusa un tanto pobre. Me recuerda a los terribles castigos de repetición de frases durante interminables folios (a más de uno he visto depurar la técnica de unir bolígrafos con una goma para reducir líneas que copiar). ¿Acaso conseguiremos que este método sea efectivo? 

Bajo mi humilde opinión, no. Como todos, los estudiantes seleccionan con qué conocimiento quedarse y con cuál no. Por ello, es importante generarles el gusto por aprender, por conocer. Dejemos a un lado, fechas, porcentajes o números que pueden alejar a nuestros alumnos del gusto por conocer cosas nuevas. La "especialización" llegará poco a poco.

Si son capaces de aprenderse de memoria cumpleaños de ídolos, precios del mercado futbolístico, estadísticas de videojuegos... ¿cómo no van a aprenderse las fechas de Las Revoluciones Liberales europeas o las capitales de provincias? Es importante que aprendan (para ello se escolarizan), pero quizá los métodos de enseñanza - aprendizaje han de evolucionar con la sociedad para lograr que la cultura y el conocimiento que queremos que nuestros alumnos retengan no les parezca un mero "texto que vomitar en un examen" sino una herramienta para su futuro.

Durante mi experiencia como docente, he podido descubrir cómo mis alumnos se interesaban más por aprender contenidos que no les resultaran ajenos a su vida diaria, sino que pudieran utilizarlos o que les fueran cercanos. 
La motivación juega hoy día, cuando los periódicos llenan de cifras de abandono y fracaso escolar sus titulares, un papel esencial en la enseñanza. Utilizarla como herramienta en el aula, no sólo nos facilitará la transmisión de conocimientos, sino también ayudará a los estudiantes a recordar aquello que han aprendido.

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